Según un el estudio publicado en un medio científico, investigadores de China habrían clonado una cepa del SARS-CoV-2 procedente del pangolín, también conocido como osos hormiguero. Con su resultado han estado probándola en ratones modificados genéticamente.
Los resultados fueron que los animales perdieron peso drásticamente 5 días después de ser infectados, sus ojos se pusieron blancos y a los 8 días murieron. El informe detalla que había gran carga viral en el cerebro de los roedores, lo que sugiere que el nuevo virus se riega rápidamente. El virus mortal, conocido como GX_P2V, atacó los cerebros de ratones diseñados para reflejar una composición genética similar a la de las personas, indicaron los medios, con base en un estudio publicado la semana pasada en Beijing.
Por la capacidad de adaptación del virus. Sin embargo, la cepa original de COVID también mató al 100 % en ratones en algunos estudios, lo que significa que los nuevos resultados pueden no ser directamente aplicables a los humanos. Las conclusiones presentadas fueron que además se explica alta probabilidad de transmitirse a humanos.
Este experimento ha causado varias reacciones, como es el caso del profesor Francois Balloux, quien es experto en enfermedades infecciosas del University College de Londres. Él mediante la red social X mencionó que es un estudio inútil. «No veo nada de vago interés que pueda aprenderse al infectar a la fuerza una extraña raza de ratones humanizados con un virus aleatorio. Por el contrario, pude ver cómo esas cosas podrían salir mal…», añadió.
El estudio actual no parece tener ningún vínculo con el Instituto de Virología Wuhan de China, que fue el centro de las teorías sobre fugas de laboratorios en torno a la pandemia Covid-19. El gobierno chino niega que se haya registrado tal fuga y estudios de la Organización Mundial de la Salud (OMS) no han podido verificar el origen del Covid-19. En cambio, exigen a China más transparencia.
