El mundo de la opinión pública, es una de las plataformas más sensibles tratándose de interpretaciones, en especial atención en épocas electorales en las redes sociales, donde los temas sensibles ante la opinión se transforman en tabúes atómicos y la lucha por reivindicar una acción de una patología social se convierte en una trinchera política.
El pensamiento del filosofo Surcoreano Byung-Chul Han sobre la Hipercomunicación donde sostiene que toda la revolución digital se habrían transformado y corrompido el fundamento de la sociedad, al mismo tiempo, como un enjambre digital de individuos aislados, sin acción colectiva, sin sentido. generando un ruido constante que nos aturde y que nos impide cuestionarnos en el orden establecido en que vivimos, con un totalitarismo invisible, que desde la opinión publica se manifiesta como una opresión originada en la información
Cuándo nos referimos a la hipercomunicación sobre la actualidad de temas que cobran peso político a la hora del cuestionamiento sobre la victimización, en este caso me refiero al hecho de la discriminación que se puede recurrir dentro de las campañas electorales, la discriminación a una candidata mujer es un tema que trasciende y pone a reflexión que no debe haber una guerra política, ni discriminación hacia la mujer, por el simple hecho de la condición de ser mujer y candidata, sin menos preciar y desmerecer el valor humano de todo individuo.
Las redes sociales se transforman en trincheras desde otro escenario, donde surge esta problemática poco entendida y discutida por la inmediatez de la información, y siendo sincero las grandes audiencias no profundizan para el debate, es preocupante al hecho de la victimización, como bandera para llegar a fortalecer un conocimiento y un posicionamiento sujeto a la época electoral. Como norma ética, No debe haber discriminación en la política, pero tampoco ser sujeto de la victimización, ambos son tan dañinos a la democracia, por el insulto y la manipulación de un hecho real que no resuelve la problemática: la discriminación.
La cruda realidad ante estos hechos, y de forma paulatina se genera la parcialidad ante estos casos, y no siempre se analiza el trasfondo del asunto en cuestión. El primer producto de los cuestionamientos que se dan ante una discriminación, en épocas electorales, es el producto de la bandera política, y solo utilizar el hecho de la discriminación por un producto del momento, es decir, la utilización de la figura de la mujer suele ser utilizado para un propósito político, mas no para resolver la problemática.
La pregunta en cuestión es:
¿Hay reivindicación de la mujer como tal?
¿Hay reparo moral, mediático? O
¿Es un producto para la victimización y plataforma política?
La clave para buscar la solución ante la problemática de la discriminación de la mujer en campañas, entendiéndose de esta manera que lo que se debe buscar de forma correcta, es la lucha constante para erradicar la violencia de género, sin ser objeto de plataforma política.
La discriminación no tiene bandera política, ni religiosa, ni ideológica, es un hecho que va en contra de las valores humanos y que justamente en el «debate» quieren generalizar para abanderarse de forma política. Cierto que la lucha para erradicar la discriminación de distintas índoles, se debe buscar el camino del derecho, y alejado de trincheras políticas, de lo contrario la mujer siempre será objeto de un pecado capital.
